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Peñuelas, Premio Margalef

Josep Peñuelas, en una foto en motiu del 'Cuestionario Big Vang' de La Vanguardia, del passat 18 de gener.
Josep Peñuelas, en una foto en motiu del 'Cuestionario Big Vang' de La Vanguardia, del passat 18 de gener.

Dicen que, en esto de los premios a la trayectoria de un científico, lo más difícil es empezar, que, tras el primero, el galardonado puede estar bastante seguro de que vendrán otros. Quizás sí, pero hay premios y premios. A Josep Peñuelas empiezan a caerle los premios gordos, al ritmo que merece su aportación a la ecología, su inteligencia, su dedicación y su capacidad de empatía para establecer relaciones fructíferas con científicos de todo del mundo.

Josep Peñuelas, en una foto en motiu del 'Cuestionario Big Vang' de La Vanguardia, del passat 18 de gener.
Josep Peñuelas, en una foto con motivo del ‘Cuestionario Big Vang’ de La Vanguardia, del pasado 18 de enero.

Ya había recibido premios de la NASA y del Ministerio de Ciencia de Japón. En 2010 le dieron el I Premi de Recerca de Catalunya, el año pasado el Jaime I de Valencia, hace poco un doctorado honoris causa. Y ahora… esta vez ha sido el Premio Ramon Margalef. Es el primer científico catalán, y el primero de España, en recibir esta distinción, que en términos económicos es la segunda más importante que da la Generalitat después del Premi Catalònia, aunque algo inferior al Premio Jaime I (no sé si el cambio político en Valencia llegará hasta llamar a “nostre Rei En Jaume” por su nombre verdadero). Josep había sido unos años miembro del Jurado del Premio Margalef. Este año, presentado por el presidente del CSIC, su nombre ha sido elegido de manera unánime por el actual jurado internacional (sólo el presidente, Joandomènec Ros, es catalán, los otros han sido Sally Chisholm —del MIT de Massachussets—, Wolfgang Cramer —Aix-en-Provence—, John Grace —Edimburgo—, Nancy Grimm —Arizona—, Beatriz Reguera —Vigo— y Maurizio Ribera —Nápoles).

Peñuelas es el duodécimo ecólogo que recibe este premio. Los nombres que le han precedido son muy ilustres. Recordemos: Paul Dayton, John Lawton, Harold A. Mooney, Daniel Pauly, Paul R. Ehrlich, Simon A. Levin, Juan Carlos Castilla, Daniel Simberloff, Sally W. Chisholm, David Tilman, Robert E. Ricklefs. Un inglés, un franco-suizo, un chileno; el resto estadounidenses.

Peñuelas es también el primer discípulo directo de Margalef galardonado. Estoy seguro de que para él es un honor aún mayor este premio por el hecho de llevar el nombre del maestro. Por supuesto, también para el CSIC y para el CREAF debe ser un motivo de gran satisfacción este premio. Para el CREAF, es una aportación más que hace Josep Peñuelas al prestigio del centro, y ya son muchas. Porque la constante mejora en los rankings que miden la calidad de los centros de investigación en el caso del CREAF debe muchísimo a la impresionante producción de Josep y de sus colaboradores. Pasad por alto que yo esté en la lista de su grupo de cambio global, ya que mi contribución es ínfima, pero he tenido el placer de hacer algunos artículos con Josep y, por tanto, soy testigo directo de sus capacidades antes indicadas.

Fòrum científic organitzat per la UB en motiu de l'entrega del Premi Ramon Margalef 2013 a Sallie W. Chisholm.
Fórum científico organitzado por la UB con motivo de la entrega del Premio Ramon Margalef 2013 a Sallie W. Chisholm.

Conozco a Josep desde que él hacía la tesis sobre la ecología de los musgos que viven en las aguas dulces, y venía de vez en cuando a hablar con la Dra. Casas sobre las especies que encontraba. Recuerdo cómo pasó del departamento de ecología de la UB al IRTA (quería más tiempo para la investigación) y, después, al CREAF y al CSIC. En el CREAF, nos tocó la lotería, sencillamente, y espero que él también se haya encontrado bien con nosotros. Margalef a veces se lamentaba de que se le marchaban los mejores, y sin duda uno de los que añoraba era Josep Peñuelas. Con razón.

Que Peñuelas reciba premios, de eso podemos estar seguros, no alterará para nada su talante amable y sencillo ni sus ganas de seguir trabajando, porque eso es lo que sabe hacer y así es como se divierte. Por lo tanto, es el momento de felicitarle a él y felicitarnos a nosotros para tenerlo por compañero.

Y ahora dejadme que os cuente algo. Cuando murió Margalef, escribí a Science y Nature diciéndoles quién era Margalef, los premios que había recibido, y pidiéndoles que publicaran un artículo necrológico. Creo que no tuve respuesta de Science y los de Nature me dijeron que lo sentían pero que no era una figura lo bastante conocida (o quizás fue al revés, es igual). Sólo por haber ganado el premio Huntsman de oceanografía, parece que ya debería haber merecido una mención, pero no fue así. La verdad es que lo que hace conocido a un científico (aparte de que no haga de científico, sino de gestor de la ciencia, de presidente de comisiones internacionales, etc.) es, a menudo, haber hecho un descubrimiento puntual relevante. Esto puede pasar en química, física o biomedicina, pero es más difícil que pase en ciencias como la oceanografía o la ecología. Quizá por eso no hay premios Nobel de estas especialidades (ya es curioso que un año se lo dieran a tres etólogos). En este sentido, creo muy positivo que la Generalitat mantenga este Premio Ramon Margalef, ya que si Margalef no fue «suficientemente conocido» por los que no eran ecólogos o oceanógrafos en vida, y ahora su obra ya no se lee mucho (Narcís Prat lo demostraba en número de citas en un artículo en Ecosistemas el año pasado), el nombre del premio y el prestigio que recibe de los galardonados ayuda a mantener vivo el nombre de Margalef entre los estudiosos de los sistemas ecológicos. Quizás esto permitirá que algunos jóvenes redescubran a Margalef en el futuro. Creo que sería bueno para la ecología.

Un discípulo como Josep Peñuelas también ayuda a hacer presente el recuerdo del maestro.

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