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Cataluña tendrá que adaptarse y aprender a convivir con el fuego

Los motivos que provocan grandes incendios forestal en el territorio catalán tienen dos vertiente claras, una socioeconómica y otra climática, a parte de la propiamente natural: la vegetación se quema, lo hace desde que se extendió por los continentes al Carbonífero, y lo hace particularmente en las sabanas, el bosque boreal y también al mundo mediterráneo.

Font: Skeeze (Pixabay)
Font: Skeeze (Pixabay)

Los investigadores del CREAF y profesores de la Universidad Autónoma de Barcelona (los dos primeros) Joan Pino, Francisco Lloret y Josep Maria Espelta han resumido en una carta de opinión algunas ideas ante el debate generado en torno al incendio de la Ribera de Ebro.

La carta de opinión publicada por  el Periódico se puede consultar en este enlace y lleva el título ¿Luchar contra el fuego o adaptarse a los incendios forestales? 

joanpino

En esta carta los investigadores puntualizaban las siguientes ideas:

  • En la zona de la Ribera del Ebro, como muchos lugares de Cataluña, ha habido un aumento de superficie de forestal el último siglo. Este aumento ha sido provocado, en gran parte, por el éxodo rural y el abandono de las zonas de cultivo, sobre todo en este territorio de cultivo de secano.
  • El mapa de cubiertas de 1956 comparado con el más reciente (de 2019) nos muestra que durante este tiempo un 10% de la superficie de Cataluña se ha convertido en bosque, mientras que un 13% ha dejado de ser cultivo (hemos perdido más de 10.000 hectáreas de cultivo)
  • Este cambio en el uso de la tierra ha provocado una pérdida del paisaje en forma de mosaico, más heterogéneo. Ahora tenemos un paisaje formado por masas forestales jóvenes, que al no ser gestionadas se han convertido en una extensión continua y homogénea de bosque (también en altura). Esta estructura facilita que el fuego corra rápido, sin freno, y que sea de una elevadísima intensidad, provocando GIF. Estos GIF se tienen que reducir, dado que ponen más en peligro a las personas, bienes y servicios ecosistémicos. Los incendios más pequeños son mucho más fáciles de manejar (extinguir, regenerar).
  • A esto, se le suma la escasa gestión forestal debida a la falta de viabilidad económica que conlleva. Si el bosque no se gestiona las masas forestales cada vez acumulan más biomasa, más material combustible que, en caso de incendio, quema de forma más violenta.
  • El responsable de esta situación es la sociedad en su conjunto y su modelo: todos somos co-responsables. No se trata de buscar culpables a la administración, a los propietarios forestal, a los habitantes de las ciudades o en el sector agroganadero. Si los habitantes del mundo rural han marchado a las ciudades, es por algún motivo. Las dinámicas son sociales, no sectoriales y mucho menos individuales.
  • Debemos ser conscientes de que una parte muy, muy importante de los recursos destinados por la administración a la gestión forestal van destinados a la prevención y extinción de incendios. Esto puede ser contraproducente, entre otros motivos, por que una política de extinción muy estricto, si no hay otros mecanismos para reducir el combustible, puede favorecer los GIF. Lo que se llama la paradoja del fuego. Dejar quemar pequeños incendios puede representar como una vacuna frente a grandes incendios forestales.
  • El cambio climático está provocando episodios climáticos extremos vientos cálidos y redistribución de las precipitaciones que, sumados a las altas temperaturas y al secado de la vegetación, hacen que el riesgo de incendio en nuestra casa sea extremo cada vez más días al año .
  • El fomento de los pastos, la gestión local de los bordes de los cultivos, de carreteras o de los entorno poblados (interfases urbano-forestal), sumado a una mejora de la gestión forestal, son posibles soluciones al problema. Sin embargo, hay que ser consciente de que el 80% de los bosques son de propiedad privada y que, a menudo, la gestión forestal no es viable económicamente para estas personas.
  • Una planificación conjunta del territorio y una valorización de los productos forestales podrían ser una herramienta más para solucionar el problema en determinados lugares.
  • Sin embargo, este tipo de incendio proliferarán todo el territorio. Es por ello que Cataluña tendrá que adaptarse y aprender a convivir con el fuego, protegiendo la población, las viviendas y explotaciones agroganaderas y asegurando que se protegen los espacios naturales de mayor valor.

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