El investigador del CREAF Jordi Vayreda nos presenta su tesis doctoral el próximo 25 de septiembre a las 11h. Esta tesis analiza los impactos recientes del cambio global sobre los bosques de la España peninsular, basándose en la información de las parcelas de los dos últimos inventarios forestales nacionales (IFN2 y IFN3).
Autor:
Jordi Vayreda
Directores:
Javier Retana y Marc Gràcia
Día, lugar y hora:
25 de septiembre en la Sala de Graus (Edificio Biociencias, UAB, Cerdanyola del Vallès), a las 11h.
Para realizar esta tesis se han tenido en cuenta, de manera conjunta, los efectos complementarios del clima, la estructura del bosque y otros factores locales. El estudio se ha realizado a escala regional, con un importante gradiente climático, en clima mediterráneo (donde el agua es uno de los principales factores limitantes). Así pues, un estudio de estas características y donde, de acuerdo con las proyecciones de los modelo climáticos, el cambio climático puede ser especialmente acusado en el futuro, hace que esta aproximación sea particularmente relevante por las implicaciones que podría tener en las funciones y los servicios ecosistémicos que ofrecen los bosques.
Las principales conclusiones son:
1) Los bosques con mayor riqueza estructural y con mayor número de especies de frondosas acumulan más stock de C por hectárea. Estos resultados sugieren la necesidad de gestionar los bosques como masas irregulares favoreciendo las frondosas.
2) Los bosque no perturbados de la España peninsular están acumulando C a una tasa de ~ 1.4 Mg C ha-1 año-1. El calentamiento reciente ha reducido el crecimiento y la tasa de acumulación de C, especialmente en las zonas más húmedas de la península. Ahora bien este efecto negativo del calentamiento desaparece si sólo se tienen en cuenta los bosques gestionados, destacando el potencial que puede tener la gestión forestal para mitigar el efecto negativo del cambio climático;
3) El abandono bastante generalizado de la gestión forestal lleva a una mayor densificación de los bosques haciendo que los planifolios tengan tasas de regeneración superiores al de las coníferas por su mayor tolerancia a la sombra. Su capacidad de rebrotar después de perturbaciones también las favorece. Este resultado sugiere que puede haber una sustitución a corto / medio plazo de los bosques de coníferas por los bosques de planifolios.
4) Se han empezado a detectar cambios en la distribución de las especies forestales hacia altitudes más elevadas, donde la temperatura es más baja. Ahora bien, la mayor parte de los cambios geográficos detectados se asocian sobre todo al abandono de la gestión forestal y a los efectos de las perturbaciones (por ejemplo, fuegos). Este hecho ha favorecido la expansión de los planifolios en detrimento de las coníferas, gracias a su mayor habilidad para hacer frente a los factores bióticos, como la competencia. No está claro que esta misma tendencia pueda continuar a largo plazo si, según las proyecciones de los modelos climáticos, aumenta la aridez, ya que las coníferas tienen mayor capacidad para hacer frente a eventos climáticos extremos.
