Investigadores del CREAF están haciendo trabajo de campo estos días en la finca de Requesens, en la Albera. Estudian cómo disminuir la vulnerabilidad a los impactos del cambio climático en los bosques mediterráneos.
Lo hacen a partir de varias parcelas de encinas que gestionan de forma diferente: desbroces con más o menos intensidad, claras y clareos en distintos grados. En función de la respuesta de los árboles en la gestión, que se mide a partir de varios parámetros, podrán determinar cuál es la gestión óptima para hacer frente a las consecuencias de los impactos del cambio climático en esta zona, básicamente, el incremento del riesgo de incendio forestal y de los períodos de escasez de lluvias. Han elegido esta área, dentro de la cuenca del Muga, entre otras razones, porque presenta un alto riesgo de incendio, y se quiere trabajar para aumentar el conocimiento científico sobre la capacidad de adaptación de nuestros bosques a este peligro .
La investigación se lleva aa cabo en el marco del proyecto LIFE+ MEDACC (Adaptando el Mediterráneo el Cambio Climático). El objetivo del proyecto es probar soluciones innovadoras para adaptar nuestros sistemas agroforestales y urbanos a los impactos del cambio climático en el ámbito mediterráneo y poderlas implementar en las estrategias y políticas de adaptación. En el proyecto, coordinado por la Oficina Catalana del Cambio Climático (OCCC), participan el CREAF, el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA), y el Instituto Pirenaico de Ecología (IPE).
Un equipo de la Televisión de Girona nos ha acompañado en la finca para grabar los trabajos que se están haciendo. Desea ver las imágenes? He aquí una muestra del proyecto, de la mano del responsable del Área de Adaptación del OCCC, Gabriel Borràs.
Y para conocer con más detalle las actuaciones en la Albera, puede seguir las explicaciones del ambientólogo, doctor en Ecología e investigador del CREAF, Eduard Pla.
