El diario catalán ara.cat publica un reportaje sobre incendios forestales en el que colaboran un grupo de expertos. Entre ellos se encuentran los investigadores del CREAF Francisco Lloret y Lluís Brotons, que hace unas declaraciones sobre la concienciación medioambiental y la vulnerabilidad de los bosques. Según los expertos, hay un acuerdo común entre todos los actores implicados.

El reportaje interactivo, de Isaac Salvatierra y Francina Bosch publicado el 11 de julio, enumera las causas principales de los incendios en Cataluña. Habla desde temas donde el CREAF está plenamente implicado, como la gestión forestal sostenible, hasta el contexto político que rodea la situación. Todo ello, apoyado con información destaca y material gráfico muy visual. El mensaje es claro: necesitamos acuerdo común. Acuerdo entre el público general, que necesita concienciarse de los beneficios de los bosques; acuerdo entre los propietarios forestales, que poseen gran parte del terreno arbolado; y acuerdo entre los políticos, que controlan la gestión y prevención.
Los autores destacan desde el inicio del texto la enorme cantidad de incendios producidos en Cataluña, un total de 14.878 en sólo 20 años. Pero también lo que es más importante: con sólo 40 de estos fuegos ya se representan tres cuartas partes de la superficie quemada. ¿Qué está pasando?¿Por qué Cataluña quema?
«Tenemos unos bosques desequilibrados y vulnerables a las perturbaciones» sentencia Lluís Brotons. Los tiempos han cambiado, la cantidad de cultivos y campos de pasto ha disminuido enormemente y actualmente un 64% del territorio corresponde a terrenos forestales. Parece contradictorio, pero la realidad es que cuánto más bosque, más combustible. Se debe controlar este crecimiento de los bosques. Aquí aparece el papel de la gestión forestal sostenible. Se está empezando a potenciar la extracción de biomasa, la creación de un mosaico de paisajes que dificulte la propagación del fuego, y las quemas controladas. Está demostrado el efecto positivo de estas acciones, y considerando que sólo el 5% de los incendios son por causas naturales, hay que ponerse manos a la obra.

Por otra parte, cabe destacar que el clima cambiante es un hecho, la sequía propia del verano ahora puede aparecer en otras épocas. Así que, teniendo en cuenta que las olas de calor propician que los incendios aumenten, el riesgo de quema es inevitable. Hay, pues, que prepararse para estos fuegos que cada vez son más difíciles de controlar. Hemos llegado a lo que denominan incendios de quinta generación, aquellos tanto virulentos que tienen varios focos secundarios y pueden incluso saltar carreteras. El incendio de quinta generación que más hectáreas ha quemado fue en 1994 en el Bages-Berguedà (46.000 ha). A raíz de este se admitió que no había una buena coordinación para la extinción de los incendios potentes y se aprobó el plan Infocat de lucha contra los incendios.
Todo esto no se puede cumplir sin un marco de concienciación. El 73% de la superficie forestal de Cataluña está en manos de particulares, y estos no siempre están de acuerdo con la gestión forestal, porque no ven beneficios inmediatos. Se necesita que los propietarios forestales también tengan esta sensibilidad por el medio que los rodea. Pero no sólo ellos, también los vecinos de zonas arboladas y los ciudadanos en general.»Tenemos una sociedad que no sabe por qué quiere los bosques» insiste Lluís Brotons. in olvidar el apoyo político. A día de hoy la prevención y gestión de incendios todavía depende de dos conselleries diferentes. La prevención se controla des de Agricultura y la gestión des de Interior. Se debe equilibrar esta atención, si no nos encontramos con datos como el gasto en extinción en 2015 de 94.361.888 € en comparación con los 7.627.162 € invertidos en prevención.