Los bosques que presentan mortalidad, decoloración o pérdida de las hojas en toda Catalunya quedan registrados y revisados gracias a la red de seguimiento DeBosCat. El informe de este año indica que se recuperan del decaimiento del 2016.
Este año la campaña de seguimiento del estado de los bosques de Catalunya, el DeBosCat, ha permitido saber que los bosques se están recuperando del episodio de decaimiento que sufrieron en 2016. No parecía que tuviera que ser así, sino más bien lo contrario, pues el verano de 2017 volvió a batir récords de temperatura y sequía. «A pesar de que el verano fue seco y cálido y algunos bosques no pudieron resistir, las lluvias del mes de septiembre evitaron que la situación empeorara y algunos árboles que estaban empezando a secarse o, incluso, a perder la hoja antes de tiempo, pudieron recuperarse y pasar un otoño más tranquilo «explica la investigadora del CREAF, Mireia Banqué.
En total, la superficie de bosque que presenta árboles muertos, decolorados o defoliados en Catalunya es de casi 30.000 ha (alrededor de un 2% del total de la masa forestal del país). De estas hectáreas afectadas, sin embargo, sólo el 16% se han detectado por primera vez este año. El resto, o están en el mismo estado que en 2016, o van mejorando. Las comarcas que presentan más afectaciones nuevas son Osona, Berguedà y algunas zonas de la Noguera y la Selva. En cuanto a los bosques más perjudicados, vuelven a ser los robledales, encinares y los pinares de pino silvestre.
