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Olga Margalef y Jordi Solé Ollé, la crisis climática más allá de las emisiones

Olga Margalef y Jordi Solé Ollé, investigadores del CREAF y miembros del Comité de expertos en cambio climático del Parlament de Catalunya. Foto: CREAF
Olga Margalef y Jordi Solé Ollé, investigadores del CREAF y miembros del Comité de expertos en cambio climático del Parlament de Catalunya. Foto: CREAF

La urgencia de un nuevo planteamiento socio económico, la auto exigencia de estudiar el cambio climático, la ciencia como servicio público y el compromiso de proponer alternativas transitan sobre la mesa en torno a la que conversan los investigadores Olga Margalef y Jordi Solé Ollé. Desde sus especialidades en Geología y Física respectivamente, analizan, investigan y proponen alternativas al contexto de emergencia climática que vivimos. Ambos están vinculados al CREAF, son docentes de la facultad de Ciencias de la tierra de la Universitat de Barcelona y se han incorporado recientemente al Comité de expertos en cambio climático del Parlament de Catalunya.

Formar parte del Comité de expertos en cambio climático del Parlament conlleva intervenir en los presupuestos de carbono de Catalunya, con el horizonte de la neutralidad de emisiones en el año 2050.

El cargo comporta intervenir activamente en proponer los presupuestos de carbono para Catalunya, con el horizonte de la neutralidad de emisiones en 2050. “Implica decidir qué porcentaje de reducción de emisiones debe comprometerse a alcanzar cada sector económico”, explica Olga Margalef. Se trata, por tanto, de «hacer el encaje de fórmulas para que en 2050 Catalunya alcance la neutralidad climática. No llegar a cero emisiones de CO2, sino compensarlas teniendo en cuenta los sumideros (capacidad de absorber más dióxido de carbono del que se libera) de la masa forestal, los suelos, la superficie marina, etc”, apunta. Por eso, el Comité también es «un espacio donde se ponen en común ideas y conocimiento», añade Jordi Solé Ollé, quien a la vez recuerda que «para hacerlo, es necesario saber aplicado a datos y herramientas objetivas». Ambos científicos coinciden en que este grupo de trabajo propone recorrer un camino de transformación.

Crecer o no

La contradicción hace tiempo que se ha escurrido por una rendija de la conversación y toma forma. La reducción de emisiones de CO2 se mira a los ojos con la negociación sobre los presupuestos que ha aprobado el Parlamento de Catalunya, y que un partido político supedita a la ampliación del aeropuerto de El Prat, entre otras infraestructuras. «Me despespera, es una contradicción flagrante…”» admite Olga Margalef con la claridad expositiva que la caracteriza, «hay un desajuste muy grande entre las tareas que tenemos asignadas por el Parlament y el debate y las propuestas de algunos grupos políticos para aprobar los presupuestos«.

«Hay un desajuste muy grande entre las tareas que tenemos asignadas por el Parlament y el debate y las propuestas de algunos grupos políticos para aprobar los presupuestos»

OLGA MARGALEF, investigadora del CREAF.

El entendimiento y la confluencia de planteamientos dejan aparecer una suave divergencia. Margalef afirma rápida que la neutralidad de emisiones en Catalunya en 2050 sólo podría alcanzarse con una profunda transformación social y económica fuera del capitalismo. Pero Solé Ollé afina la explicación y matiza: «No estoy del todo de acuerdo. Reduciremos mucho las emisiones porque no tendremos demasiada materia prima para quemar. El pico del petróleo como combustible fósil lo estamos viviendo, el del gas lo viviremos en esta década y el del carbón será entre 2040 y 2045”.

En cuanto a cómo llegaremos a reducir las emisiones de CO2 la concordancia entre ambas voces es unánime y pasa por un decrecimiento. Para el investigador, la clave es una transformación ordenada… que, así, de entrada y sin demasiados filtros es una expresión que suena a oxímoron… pero no lo es. “Hay que dejar atrás un modelo caduco como el capitalista creciente neoliberal, que no ha traído nada bueno. Nada de nada. Hay muchos datos científicos que lo defienden. El avance que ha experimentado nuestra mal entendida sociedad globalizada no lo ha traído el modelo capitalista socio económico actual, sino que ha sido a pesar de esas condiciones”, defiende.

Aquello que es climático, es político

Ambos forman parte del Comité como especialistas a propuesta de algunos grupos políticos parlamentarios. Más allá del compromiso vivido desde la responsabilidad, el reconocimiento y el trabajo ingente que comporta, observan la oportunidad como una caja de resonancia. «Es un reto, una oportunidad para hacer incidencia política a partir de nuestro bagaje y conocimientos», opina Margalef. Mientras, admite que actuar forma parte del ADN de su entorno científico más inmediato: «más allá del artículo y de la pregunta científica, tenemos muchas ganas de incidir y transformar, porque vemos la urgencia del reto y el compromiso social del cambio climático. La vía institucional y de incidencia no es la única, pero es una más que debe explorarse junto con la sensibilización, la divulgación, el activismo…»..

Un planteamiento coincidente con el de Solé Ollé que, a su vez, admite una gran auto exigencia y ser consciente de las expectativas generadas en otros colegas científicos. «Es una posición de altavoz para transmitir la emergencia del cambio y no esperar más, porque no se están haciendo las cosas que deberían hacerse». Llegados a este punto, le pregunto si estamos hablando de reducción de emisiones de CO2 y la respuesta es franca, precisa y concluyente: «No, me refiero a un cambio de estructura socioeconómica. Se está operando desde una óptica económica, no científica: las emisiones son sólo un indicador entre muchos y si asumimos que es el único, no vamos a hacer las cosas bien. El compromiso es reducirlas, pero desde la ciencia muchos tenemos muy claro que sólo con las emisiones no vamos a hacer nada».

«Se está operando desde una óptica económica, no científica: las emisiones son sólo un indicador entre muchos y si asumimos que es el único, no vamos a hacer las cosas bien. El compromiso es reducirlas, pero desde la ciencia muchos tenemos muy claro que sólo con las emisiones no vamos a hacer nada».

JORDI SOLÉ OLLÉ, investigador del CREAF

Y aquí un símil esclarecedor de lo que significa operar desde una visión económica, exlicado por el investigador: «si la medicina nos pesara desde que nacemos para diagnosticar una enfermedad, estaríamos sanos mientras aumentemos de peso. Pero llega un momento en el que si seguimos aumentado de peso, nos hinchamos. Pues estamos procediendo así con el cambio climático, y ahora decimos que en lugar del PIB mediremos las emisiones de CO2, y le pedimos al sistema que adelgace».

Negacionismo, en la N del diccionario

“Los negacionistas son personas que se niegan y en física un número negativo se neglige. No se debe argumentar con un negacionista: es alguien que tiene fe, la ciencia no es fe... por lo tanto, nada que decir. Hay que aportar datos e información", Jordi Solé Ollé.

Sin apenas quererlo, aparece el negacionismo. Probablemente, porque forma parte del catálogo de palabras de quien se especializa en emergencia climática y debe tenerse en cuenta. Jordi Solé Ollé lao desactiva con naturalidad, dejando entrever cierto tono de cansancio. «Los negacionistas son personas que se niegan y en Física un número negativo es un número negativo. Por tanto, se ignora. No debe argumentarse con un negacionista. Un negacionista es alguien que tiene fe, la ciencia no es fe… por tanto, nada que decir. Hay que aportar datos e información y éste es nuestro trabajo». Lo que sí reconoce es una auténtica voluntad de sensibilización detrás de su carácter científico, alejado de la confrontación que impone el negacionismo. «Como científicos, trabajamos para la sociedad, solucionamos problemas relevantes y debemos ser capaces de comunicar cómo hemos llegado a soluciones, qué ideas planteamos y qué estrategias nacen de nuestro conocimiento y nuestra investigación», concluye el investigador.

El debate sobre si debe contestarse o no a quien sostiene un discurso negacionsita está abierto. Para Olga Margalef la alarma salta según el origen del mensaje: “me preocupa cuando es la presidenta de la Comunidad de Madrid quien niega el cambio climático, porque tiene un altavoz muy potente y asocia el negacionismo a una ideología concreta”.

Los dos investigadores coinciden en que la emergencia climática actual exige con urgencia un camino de transformación. Foto: CREAF

Gandhi, Thunberg, Meadows y Margulis

Si los referentes pueden dar pistas sobre las personas, ahí van los que mueven a los dos investigadores. Si bien Jordi Solé Ollé los tiene claros y los califica de éticos o morales, Olga Margalef da una importancia relativa a los modelos de referencia. El investigador se quita el sombrero frente a Gandhi y Greta Thunberg, por poner el bienestar y el futuro ajenos al mismo nivel o más allá del propio. Y destaca que la esposa de Gandhi es tan o más importante. En cuanto a trabajos científicos, en su mesilla de noche ha estado el informe ‘Limits to growth’ publicado en 1972 por el Massachussets Institute of Technology, por Donella Meadows y Dennis Meadows.

"Lynn Margulis, rompió paradigmas consensuados para generar nuevos, que es la forma en que avanza la ciencia. Supone una capacidad de apertura y libertad mental admirables”, Olga Margalef.

La reflexión de Olga Margalef resuena en voz alta: “me inspiran personas relativamente anónimas, lo suficientemente valientes para generar una transformación en beneficio de una comunidad, o que han visibilizado alguna situación de desigualdad o injusticia”. Y ambos coinciden en un puntal científico, Lynn Margulis, destacada científica en evolución biológica. “Rompió paradigmas consensuados para generar nuevos, que es la forma en que avanza la ciencia. Supone una capacidad de apertura y libertad mental admirables”, reflexiona Olga Margalef.

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