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Se sigue subestimando el papel del suelo en el bienestar humano

FAO lanza su primer informe sobre «El estado de conocimiento de la biodiversidad del suelo«. El informe, en el que participa Pilar Andrés como experta, examina el potencial de los organismos del suelo para garantizar sistemas agroalimentarios sostenibles y mitigar el cambio climático.

Pilar Andrés, investigadora del CREAF, ha aportado su experiencia en ecología, biodiversidad del suelo y restauración de ecosistemas en los capítulos 5, sobre amenazas a la biodiversidad y a las funciones del suelo, y 8, sobre retos y oportunidades. Ha trabajado en ambos capítulos bajo la coordinación de Georges G. Brown (EMBRAPA, Barsil) y Wim van der Putten (Instituto Holandés de Ecología), respectivamente.

El informe, State of knowledge of soil biodiversity – Status, challenges and potentialities, coordinado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), responde a la decisión 14/30 de la Conferencia de las Partes en el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB). Para hacerlo posible, cuenta con el apoyo de otros organismos implicados en la protección de la biodiversidad del suelo, como la Alianza Mundial por el Suelo (GSP), el Grupo Técnico Intergubernamental sobre Suelos (ITPS), el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), la Iniciativa Mundial sobre la Biodiversidad del Suelo y la Comisión Europea.

«La biodiversidad del suelo y la gestión sostenible del mismo es un requisito previo para la consecución de muchos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible«, señala la Directora General Adjunta de la FAO, María Helena Semedo. «Por lo tanto, es necesario contar con datos e información sobre la biodiversidad del suelo, desde nivel nacional hasta mundial, para planificar eficazmente las estrategias de gestión de un tema que todavía es poco conocido», añadió.

La biodiversidad del subsuelo

Según el informe, a pesar de que la pérdida de biodiversidad es una de las principales preocupaciones a nivel mundial, la biodiversidad del subsuelo no recibe la importancia que merece y debe ser tenida plenamente en cuenta a la hora de planificar la mejor manera de impulsar el desarrollo sostenible. «Esperamos que los conocimientos contenidos en este informe faciliten la evaluación del estado de la biodiversidad del suelo como parte integrante de los informes sobre biodiversidad a nivel nacional y regional y de cualquier estudio sobre el suelo», avanzó Semedo.

Al ser uno de los principales «depósitos globales» de biodiversidad, los suelos albergan más del 25% de la diversidad biológica mundial. Además, más del 40% de los organismos vivos de los ecosistemas terrestres están asociados a los suelos durante su ciclo vital. El informe define la biodiversidad del suelo como la variedad de vida bajo tierra, desde los genes y las especies animales hasta las comunidades que forman, así como los complejos ecológicos a los que contribuyen y a los que pertenecen; desde los microhábitats del suelo hasta los paisajes. Estos incluyen una amplia gama de organismos, desde formas unicelulares y microscópicas, hasta invertebrados como nematodos, lombrices de tierra, artrópodos y sus fases larvarias, así como mamíferos, reptiles y anfibios que pasan gran parte de su vida bajo tierra, y una gran diversidad de algas y hongos.

Suelos y acción climática

Las soluciones basadas en la naturaleza que implican a los microorganismos del suelo tienen un importante potencial para mitigar el cambio climático. Desempeñan un papel fundamental en la captación de carbono y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. El informe también constata que las actividades agrícolas son la mayor fuente de gases de dióxido de carbono y óxido nitroso emitidos por los suelos, que se derivan del uso excesivo o incorrecto de fertilizantes que contienen nitrógeno. En general, faltan datos, políticas y acciones detalladas sobre la biodiversidad del suelo a nivel local, nacional, regional y mundial. El informe destaca la necesidad de promover el cambio necesario para incluir indicadores biológicos de la salud del suelo junto con los físicos y químicos. Según el informe, la adopción de prácticas de gestión sostenible del suelo por parte de los agricultores, como premisa básica para preservar la biodiversidad del suelo, sigue siendo escasa debido a la falta de apoyo técnico, de provisión de incentivos y de entornos propicios, y debe ampliarse.

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