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Acción Climática y el CREAF radiografían la gran sequía del 2022 que afecta 33.072 hectáreas de bosque de Cataluña

El 2022 ha sido el año más duro por los bosques de Cataluña desde que tenemos registros. Foto: Mireia Banqué (CREAF).
El 2022 ha sido el año más duro por los bosques de Cataluña desde que tenemos registros. Foto: Mireia Banqué (CREAF).

El 2022 ha sido el año con más bosques afectados por sequía registrados, justo por detrás del 2012, desde que se tienen datos. El informe DeBosCat 2022, la red de monitorización del Decaimiento de los Bosques de Cataluña, ha registrado 33.072 hectáreas de bosque con signos de sufrimiento por sequía y calor extremos (decoloración de las hojas, caída de hojas o muerte). Esta red de seguimiento impulsada por la Dirección General de Ecosistemas Forestales y Gestión del Medio del Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural y coordinada estrechamente entre el Cuerpo de Agentes Rurales y el CREAF muestra el impacto de la sequía y las olas de calor del año pasado en los bosques de Cataluña. Esta suma tiene en cuenta las afectaciones propias del 2022, que suben hasta 10.477 ha nuevas, pero también las que ya teníamos en Cataluña y que han empeorado este año. En 2012, el primer año de recogida de datos del DeBosCat, se registraron 40.000 hectáreas afectadas, pero eran datos que reflejaban las afectaciones de aquel año y de toda la historia pasada que nunca se había cuantificado.

El 2022 ha estat l’any més dur pels boscos de Catalunya des de que en tenim registres.

Los datos del 2012 son difíciles de comparar con las del 2022 porque las primeras son acumuladas y el número está hinchado. Con los resultados en la mano, podemos decir que el 2022 ha sido el año más duro por los bosques de Cataluña desde que tenemos registros.

El DeBosCat muestra que las comarcas de la mitad norte de Cataluña han sido las más afectadas durante el 2022. Gracias a los mapas mensuales que emite el Servicio Meteorológico de Cataluña se puede comprobar que allí donde hubo más anomalías de temperatura (olas de calor) y de precipitación es donde más afectación ha habido, y que el mes de junio de 2022 fue determinante para explicar dónde han aparecido las afectaciones.

Por especies, como es habitual, los planifolios (robles, encinas, hayas, etc.) registran mucha más afectación que las coníferas (pinos, abetos, etc.). Aun así, las coníferas muestran los efectos con meses (o años) de retraso y están teniendo una respuesta ante el estrés por sequía que se está observando este 2023. También se ha constatado que a pesar de que la afectación sea menor en pinos, cuando los pinos pasan del verde al marrón quiere decir que aquel árbol ya se ha muerto. En cambio, en encinas y robles hay más margen y después del decaimiento pueden rebrotar si las condiciones acompañan.

Superficie afectada por la sequía en 2022 para los planifolios y las coníferas. Gráfico: Laura Fraile. Fuente: Deboscat2022.

Cambio de tendencia

El 2022 es el segundo año de una sequía que, por su intensidad y duración, está aconteciendo una de las más relevantes de las últimas décadas. Además, ha sido un verano extremadamente caluroso, con numerosas olas de calor. Estos hechos explican que el número de hectáreas registradas por primera vez este año ha sido de los más altos de toda la serie, con 10.477nuevas hectáreas. Recordamos que el 2021 fue un año muy seco en el que se rompió la dinámica de los años 2018, 2019 y sobre todo del 2020 (un año especialmente lluvioso), donde los bosques se estaban recuperando de la sequía del 2016.

Superficie afectada por sequía del 2012 al 2022. Gráfico: Laura Fraile. Fuente: DeBosCat.
Superficie afectada por sequía del 2012 al 2022. Gráfico: Laura Fraile. Fuente: DeBosCat.

En la misma línea, muchos bosques que otros años habían registrado sufrimiento por sequía han reincidido este año. De hecho, más de dos terceras partes de los bosques afectados en 2022 ya habían sido tocados por la sequía en años anteriores y ahora habían empeorado su estado. Cuando la sequía afecta el mismo bosque durante años seguidos baja la probailitat de que el bosque se recupere, así que nos interesa especialmente seguir qué puede pasarles a estos bosques.

El norte de Cataluña, lo más afectado

Aquest tipus de seguimentsn una eina molt útil per entendre quines són les conseqüències ecològiques del canvi climàtic als boscos.

A nivel territorial, la comarca con más superficie nueva afectadaés es el Pallars Sobirà, con más de 2600 hectáreas ha. La siguen de lejos Osona y el Berguedà con 1300 y 1200 hectáreas respectivamente. Por otro lado, si nos fijamos en aquellos bosques que en 2021 ya quedaron tocados y que este 2022 han empeorado, aparecen en el rànking la Noguera y el Pallars Jussà. En general, si miramos toda la superficie registrada, tanto la nueva como la reincidente, las comarcas con más afectación son la Noguera, el Berguedà, Osona, el Pallars Jussà y el Pallars Sobirà, que todas sobrepasan las 3000 hectáreas. Es destacable que algunas comarcas que no habían tenido mucha afectación hasta ahora se habían ido recuperando han registrado este 2022 una cantidad notable de nueva afectación como por ejemplo el Vallès Oriental, el Solsonès o el Bages.

Las comarcas con más afectación son la Noguera, el Berguedà, Osona, el Pallars Jussà y el Pallars Sobirà, que todas sobrepasan las 3000 hectáreas. Foto: usuario anónimo (Alerta Forestal).
Las comarcas con más afectación son la Noguera, el Berguedà, Osona, el Pallars Jussà y el Pallars Sobirà, que todas sobrepasan las 3000 hectáreas. Foto: usuario anónimo (Alerta Forestal).

Este tipo de seguimientos son una herramienta muy útil para entender cuáles son las consecuencias ecológicas del cambio climático en los bosques. Por eso es importante continuar ampliando esta serie temporal de datos de decaimiento forestal para ver si ente los próximos años se repiten estos episodios de sequía.

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